viernes, 7 de agosto de 2015

AGRADECER VS. PEDIR



La niña de tres años oro así (textual): “Señor Jesús, gracias por mi fiebre y gracias por mi mama que está trabajando lejos. En el nombre de Jesús, Amen."
Simple. Sencilla. Una oración corta, penetrante.
Agradecer a Dios por una enfermedad que nos está agobiando no es algo muy común, quizás lo último que se nos cruce por la mente sea agradecer. Primero pedimos sanidad y nos quedamos esperando a ver qué sucede. La actitud de agradecer se puede ejercitar diariamente, en lugar de pedir insistentemente (que no esté mal tampoco). La niña agradeció dos motivos, una enfermedad que ella tenía y una distancia materna que también sufria, aunque fuera unas pocas horas, extrañaba a su mama. 
El poder de la alabanza y gratitud a Dios en medio de cualquier contexto personal, produce cantidad de maravillas, que solo el poder Dios puede hacer. 
Mi hija Julieta fue sana de la fiebre una hora más tarde. Ahora me pregunto ¿Por qué Jesús dijo que debemos ser como niños? Porque si lo ponemos en práctica, Dios responderá. Lo creo. 


“Dando gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. “ (Ef. 5:20)


MF