jueves, 30 de julio de 2015

EL MEJOR CURRICULUM


Sin duda que el mejor curriculum que vemos registrado en la Biblia es el de Pablo.
El mismo lo reconoce, lo admite en Filipenses 3:4-8 dice: aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible. Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo…”

El podía enumerar una por una las cosas que él primeramente, como judío devoto, pensaba que le daban crédito para con Dios. Podía jactarse de sus estudios, de su conocimiento y de su historia. Pero algo pasa en su mente que lo lleva a declarar que a todo su curriculum lo tiene por perdida, lo que era ganancia ahora lo considera una perdida. “Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lotengo por algo sin valor” (Dios Habla Hoy).

Pablo sostiene que podía tener la misma confianza en la carne como la que tenían algunos que pretendían convertir a los cristianos en judíos.

No “tener motivo para confiar en la carne”, no apoyarse en cuestiones terrenales, que lo externo no fuera mas importante que lo interno (lo que Dios hizo en su vida redimiéndolo).

Que la naturaleza humana quedara a un costado, la apariencia también.

Se puede hacer una exegesis de cada una de las cualidades que Pablo enumera del mismo, sin embargo, prefiero remarcar la “causa” por la cual estima por perdida todas sus referencias.

“Por amor de Cristo”, “Conocer a Cristo” y “Ganar a Cristo”.

Uno no puede hacer el objeto de su “ganancia” las otras cosas y al mismo tiempo “ganar a Cristo”. El que pierde todas las cosas y aun a sí mismo, por amor a Cristo, el tal gana a Cristo; Cristo es de él y él de Cristo.

El amor de Cristo ha sido depositado en nuestros corazones, por esa razón que dejamos aun lado todo nuestra naturaleza. Ese despojo pone a Dios en lo alto y nos permite conocerle, nos da esa libertad, sin tener ningún “estorbo” entre El y yo cuando quiero tener intimidad profunda.

Volviendo al “curriculum” de Pablo, vemos que en verdad vivió sin el, que en verdad prefirió a través de su vida conocer y ganar a Cristo por sobre todo; porque en 2 Timoteo 4:13 ya al final de sus días, le pide a su discípulo: “Trae, cuando vengas, el capote que deje en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos.” ¿Seria lo único que le habría quedado? No lo sabemos, pero quizás si, según algunos historiadores.

Pablo es un ejemplo para nosotros. Es tiempo de despojarnos de todo lo que me impida conocer a Dios. No importa el costo.

Todo lo que para mi es ganancia, lo debo tener por basura, mas aun cuando vemos cumplir Su voluntad gloriosa en nuestras vidas. 

Martin Fonseca

viernes, 24 de julio de 2015

CAMINAMOS POR UNA SENDA MARCADA

Para el hijo de Dios no existen los accidentes. Camina por una senda marcada. El camino que sigue fue escogido para él cuando todavía no era, cuando todavía sólo existía en la mente de Dios.
Puede ciertamente parecer que le sobrevienen accidentes y desgracias en su camino; pero estos males lo serán sólo en apariencia, y parecerán males sólo porque no puede leer el secreto guión de la oculta providencia de Dios, y no puede por tanto descubrir el fin que Él persigue.
Cuando la verdadera fe entra en el corazón, se van para siempre de él el azar y los accidentes. No tienen tales cosas dominio sobre los nacidos del Espíritu, porque éstos son hijos de la nueva creación, estando al cuidado especial del Dios Altísimo.
Mientras peregrinan aquí abajo, estos hijos del pacto eterno pueden pagar una prenda en tributo a la naturaleza: las enfermedades, la ancianidad y la muerte pueden gravitar sobre ellos, y para los ojos no críticos pueden parecer como los demás hombres. Aquí, como en todos los otros juicios que se hacen del cristianismo, el mundo se ve completamente engañado por las apariencias, porque no puede ver que estos creyentes están «escondidos con Cristo en Dios».
El hombre de verdadera fe puede vivir con la total certidumbre de que sus pasos están ordenados por el Señor.
Para él, la desgracia está fuera de los límites de lo posible. No puede ser arrebatado de esta tierra ni una hora antes del tiempo que Dios ha dispuesto, y no puede ser detenido sobre la tierra un momento después que Dios haya terminado con él aquí abajo. No es un trotamundos sin rumbo, carente de dirección en el tiempo y en el espacio, sino un santo del Señor, y el amado a quien Él cuida de una manera entrañable.
Todo esto no es un mero ensueño, ni un credo consolador entretejido como una vestimenta para dar calor a los entumecidos corazones de almas solitarias y asustadas en un mundo tenebroso y hostil. Es más bien la esencia de la verdad, una Justa recapitulación de la enseñanza de la Biblia acerca de esta cuestión, y debería ser recibida con reverencia y gozo junto con todo lo demás que se enseña en las Escrituras de verdad.
 
Aquí pues, ya no dudo más. 
Mas en su beneplácito reposo.
De Aquel cuyo saber, amor, verdad y poder.
Dedica a darme bendición.

Extraido del libro "Caminamos por una senda marcada" de A.W. Tozer