Sin duda que el mejor curriculum que vemos registrado en la Biblia es el de Pablo.
El mismo lo reconoce, lo admite en Filipenses 3:4-8 dice: “aunque yo mismo podría confiar también en la
carne. Si algún otro cree tener motivo
para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado
el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de
hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en
cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley,
hallado irreprensible. Pero
todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de
Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas
las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús,
mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de
ganar a Cristo…”
El podía
enumerar una por una las cosas que él primeramente, como judío devoto, pensaba
que le daban crédito para con Dios. Podía
jactarse de sus estudios, de su conocimiento y de su historia. Pero algo pasa
en su mente que lo lleva a declarar que a todo su curriculum lo tiene por
perdida, lo que era ganancia ahora lo considera una perdida. “Pero
todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lotengo por algo sin valor”
(Dios Habla Hoy).
Pablo
sostiene que podía tener la misma confianza en la carne como la que tenían
algunos que pretendían convertir a los cristianos en judíos.
No “tener motivo para confiar en la
carne”, no apoyarse en cuestiones terrenales, que lo externo no fuera mas
importante que lo interno (lo que Dios hizo en su vida redimiéndolo).
Que la naturaleza humana quedara a
un costado, la apariencia también.
Se puede hacer una exegesis de cada
una de las cualidades que Pablo enumera del mismo, sin embargo, prefiero
remarcar la “causa” por la cual estima por perdida todas sus referencias.
“Por amor de Cristo”, “Conocer a Cristo” y “Ganar a Cristo”.
Uno no puede hacer el objeto de su “ganancia” las
otras cosas y al mismo tiempo “ganar a Cristo”. El que pierde todas las cosas y aun a sí mismo, por
amor a Cristo, el tal gana a Cristo; Cristo es de él y él de Cristo.
El amor de Cristo ha sido depositado en nuestros
corazones, por esa razón que dejamos aun lado todo nuestra naturaleza. Ese despojo
pone a Dios en lo alto y nos permite conocerle, nos da esa libertad, sin tener
ningún “estorbo” entre El y yo cuando quiero tener intimidad profunda.
Volviendo al “curriculum” de Pablo, vemos que en
verdad vivió sin el, que en verdad prefirió a través de su vida conocer y ganar
a Cristo por sobre todo; porque en 2 Timoteo 4:13 ya al final de sus días, le
pide a su discípulo: “Trae, cuando vengas, el
capote que deje en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los
pergaminos.” ¿Seria lo único que le habría quedado? No lo sabemos,
pero quizás si, según algunos historiadores.
Pablo es un ejemplo para nosotros. Es tiempo de
despojarnos de todo lo que me impida conocer a Dios. No importa el costo.
Todo lo que para mi es ganancia, lo debo tener por
basura, mas aun cuando vemos cumplir Su voluntad gloriosa en nuestras vidas.
Martin Fonseca
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