Encontrar un concepto bien ajustado y resumido de ADORACIÓN, es difícil.
Porque al hablar de ello, podemos entrar en un sin numero de
conceptos que abren el pensamiento y que a su vez nos llevan a un mayor
entendimiento de la adoración. Por eso, es mejor que todos esos conceptos estén
dirigidos a la persona a la cual adoramos.
Hay personas que adoran el dinero (Mamón), al sexo (Baal), o como en la India que adoran
algunos animales.
Pero nosotros adoramos "...Al
Dios que hizo el mundo, y todas las cosas que en el hay, siendo Señor del cielo
y de la tierra, no habita en templos hechos de manos por manos humanas, ni es
honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues El es quien da a
todos vida y aliento y todas las cosas." (Hechos 17:24-25 Reina
Valera 1960)
No podemos hablar de adoración sin mencionar que debemos sentir una
identificación con aquello que adoramos, al Dios Único y Verdadero. Conocerlo, amarlo, sentir devoción y entender
que el corazón es mucho más importante que lo que sale de nuestra boca.
John Piper , en uno de sus bosquejos llamado "Anhelo de
Dios", dice lo siguiente: “La
adoración es vana, vacía, nada, cuando el corazón está insensible; y creo que
es posible describir la experiencia del corazón en la adoración. En general,
hay tres maneras como el corazón puede responder en adoración a Dios, y
usualmente se pueden sobreponer y coexistir:
1) El corazón puede
deleitarse en las riquezas de la gloria de Dios.
“Como con médula y grosura está saciada mi alma; y con labios
jubilosos te alaba mi boca. Cuando en mi lecho me acuerdo de ti, en ti medito
durante las vigilias de la noche.” (Salmos 63:5-6)
2) El corazón puede anhelar que ese deleite sea más profundo, más
intenso y más consistente.
“Como el ciervo anhela las corrientes de agua, así suspira por ti,
oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente; ¿cuándo
vendré y me presentaré delante de Dios?”
(Salmos 42:1-2)
3) El corazón puede arrepentirse con dolor cuando no siente el
deleite en Dios, ni el anhelo de deleitarse en Dios.
“Cuando mi corazón se llenó de amargura, y en mi interior sentía
punzadas, entonces era yo torpe y sin entendimiento; era como una bestia
delante de ti.” (Salmos 73:21-22)
Ahora bien, adoración y emoción ¿es lo mismo? De ninguna manera.
Pero las emociones forman parte de la vida. ¿Y de quien es la vida? Por eso
mismo hablamos que debemos amar a Dios, para que de nuestro interior fluya adoración
sincera. Cuando adoramos verdaderamente a
Dios, con el corazón, sin duda somos cambiados, y de esta manera cada vez
parecernos mas a Jesús, y así un día glorioso llegar a ser como El
Adoración también incluye nuestro cuerpo, lo dice Romanos 12:1:”...os ruego por las misericordias de Dios,
que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, y agradable a Dios,
que es vuestro culto racional." (Reina Valera 1960).
El concepto de adoración en el Nuevo Testamento es inclinarse, arrodillarse, homenajear, besar la mano de…
Demuestra una participación corporal en la adoración.
También encontramos un motivo por el cual adorar (de los muchos que hay) cuando dice el
pasaje anteriormente mencionado "...por las misericordias...",
y ésta es una de las razones por la cual adorar a nuestro Dios. Ser AGRADECIDOS
es un acto de adoración. Recordemos lo que Dios hizo en la cruz por nosotros, no
reconcilio con El, y así darle gracias.
Adorarle
a través del agradecimiento.
Me identifico mucho con lo que relata el Pastor y Escritor John
White: "... A temprana edad aprendí
que la adoración abarca toda la vida, todo lo que hacemos y decimos. Nada me
impulsa tanto hacia la adoración como el hecho de pensar en la santidad de
Dios. Cuanto mas consciente me vuelvo de su bondad, su ternura y su asombrosa
grandeza (rasgos que forman parte de esa santidad), tanto mas asombro y
alabanza brotan en mi." (Libro: "Atrévete a ser santo"
Editorial Certeza - 1995)
Ven como la adoración tiene que ver nuestro TODO. Adoración y
santidad caminan juntas. No porque lo dice John White, sino porque al
experimentar una vida de adoración, nuestras actitudes cambian, nuestra mente
cambia, hasta nuestra manera de hablar cambia.
¿Vamos entendiendo el concepto? ¿Parecía que "adorar"
era solo cantar canciones lentas?
Bueno, no es solo eso. Sino que abarca toda nuestra vida, nuestro vivir día a día, nuestro devocional diario, nuestros dones, todo lo que hacemos tendría
que ser con una actitud de adoración a Dios.
Adoración = amar en
extremo
Esta es una definición que me
encanto cuando la escuche, porque amar a Dios con todo nuestro corazón, mente y alma,
también lo abarca todo.
Dios no busca solo personas conversas, sino adoradores que le
adoren en espíritu y en verdad. (San Juan 4:23-24)
Quiero concluir esta primer parte con una canción
de Juan Carlos Alvarado:
MI MEJOR ADORACIÓN ES ENTREGARTE TODO MI CORAZÓN
Y RENDIRTE MI VIDA SIN RESERVAS
ES ENTREGARTE TODO MI CORAZÓN
NO QUIERO VIVIR UN ENCUENTRO EMOCIONAL
QUIERO ENCONTRARME CONTIGO
Y VERTE SEÑOR SENTADO EN MAJESTAD
TOMA MI CORAZÓN QUIERO CAMBIAR.